Hay flores que embellecen. Otras, evocan recuerdos. Y luego están aquellas que, sin previo aviso, se convierten en protagonistas de una historia.
Este año, en una de nuestras bodas, descubrí el Agapanthus, una flor que no solo aportó una estética etérea y sofisticada, sino que también cargaba con un simbolismo poderoso: su nombre viene del griego antiguo y significa literalmente «flor del amor». Y en el contexto de una boda, ¿qué podría ser más perfecto?
Un hallazgo inesperado en una boda inolvidable
Todo empezó con una pareja que quería una boda elegante, pero sin excesos. Buscaban un diseño floral que equilibrara frescura y sofisticación, sin caer en lo predecible.
Fue entonces cuando apareció el Agapanthus—con sus tallos largos y estilizados, sus flores en forma de estrella y ese blanco impoluto que parece sacado de un cuadro impresionista. Una flor con presencia, pero sin arrogancia. Delicada, pero con carácter.
En los arreglos, aportó movimiento y ligereza, creando un contraste perfecto como única flor desestructurada. Pero su verdadero impacto lo tuvo en un momento muy concreto: la salida de la ceremonia en la iglesia de Sant Llorenç en Lleida.
Este era un espacio que no decidimos hasta el final. No sabíamos bien qué poner. Un arco para una salida de cinco minutos nos parecía excesivo, un arreglo floral sin más tampoco nos evocaba nada. Al final, Montse de Cosmos i Flors junto a Pilar, la diseñadora, nos mostraron esta elegante flor como propuesta, combinada con cestos de fibras naturales y delicadas telas que sobresalían, haciendo del momento de la salida con pétalos un instante para inmortalizar.
Lo que hace especial al Agapanthus
🔹 Minimalismo con personalidad – Su forma es sencilla, pero tiene una presencia inconfundible.
🔹 Una flor con historia – Su nombre, «flor del amor», la convierte en un símbolo perfecto para bodas.
🔹 Versatilidad absoluta – Funciona tanto en bodas rústicas como en celebraciones más clásicas.
🔹 Un guiño a la naturaleza – Su aire orgánico la hace perfecta para quienes buscan una boda con alma.
¿El nuevo imprescindible en bodas?
No diré que el Agapanthus ha destronado a las rosas o las peonías. Pero sí ha demostrado que, a veces, la belleza está en los detalles menos obvios. En esas flores que no gritan, pero susurran historias.
Este año, el Agapanthus se ha convertido en un nuevo imprescindible en nuestra paleta floral. Y quién sabe… tal vez en 2025 sea la flor estrella de más de una boda.
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